Pues siento morir. Mi corazón
romperse.
Siento caer más y dejarme llevar
por la pena de ser
roca en un camino extranjero.
Pues siento morir. Mi alma
desvanecerse.
Mi cuerpo sigue aquí, sin razón
aparente.
¿Son mis sueños los únicos que
podrían salvarme?
¿O se ahogarían junto con mis
lágrimas?
Que se caiga el cielo que estoy
listo para el desgarro indoloro.
Para la punzada sutil y tierna.
Para llorar y sentirme hecho.
¿Qué queda ahora que sólo estoy
solo?
No busco ayuda ni alguien que sea
capaz de levantarme la mirada.
¡Si ya todo lo he escuchado! Ya
todo he comprendido...
¿Quién se hunde sólo en un
naufragio con próximo y fiel rescate?
Pues si, yo.
¿Por qué será que mi corazón late
con velocidad al saber que llegará?
Ya es obvio la
"obviedad" de mis actos,
y mi corazón duro se sigue
endureciendo.
Adiós soledad y llanto de las
ocho en punto.
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